miércoles, 2 de septiembre de 2009

Dejame entrar


No , no se trata de la última película de Nacho Vidal, esto es cine con MAYÚSCULAS. Desde las gélidas tierras de Suecia nos llega una de vampiros, de la mano de Tomas Alfredson. Se que este nombre a algunos de vosotros nos os dirá nada, a mi tampoco. Pero es el director de este film escandinavo que el tiempo lo elevará a film de culto. Su grandeza radica en la sencillez de su historia, contada sin grandes derroches de efectos especiales y apoyada en una fotografía magnífica. Ya quisiera la industria norteamericana poder contar esta historia sin practicamente medios y con escaso presupuesto. Esta es una película de una fuerza y una belleza inusuales, realizada seguramente por actores no profesionales, con un guión cuidado hasta el más mínimo detalle en donde los personajes no hablan mucho porque sus miradas son las que nos trasmiten todos sus sentimientos, al igual que los paisajes nevados de un suburbio de Estocolmo, lugar en el que se desarrolla la historia.Este es un film para disfrutar del buen cine, en donde se nos presenta el mito del vampiro para hablarnos de la soledad, del amor y del miedo a sentirnos solos o lo que es peor, rechazados por la sociedad.
La historia comienza cuando Oscar, un chico solitario de 12 años conoce a su misteriosa vecina Eli, coincidiendo con la sucesión de una serie de misteriosas muertes en la localidad. Una historia que mezcla la ternura, el amor, el miedo y la violencia, va de lo terrorífico a lo romántico con una habilidad absolutamente asombrosa, y que junto con los nevados paisajes de la Suecia de Zlatan, nos refrescará del bochorno veraniego. Una película 100% recomendable, sobre todo para aquellas personas con las que me cruzo por la calle, de camino a su videoclub, y no se les ocurre nada mejor que alquilar películas como Disaster Movie.